Cuando Tim Robbins le dice a Sarah Polley:
-Vente conmigo,
-Sarah: No , pues un día me levantaré y no pararé de llorar ,entonces los dos nos ahogaremos.
-Tim: Aprenderé a nadar................

" Espero que este lugar os ayude a nadar...............

jueves, 16 de mayo de 2013

Maruja Torres

Cuando cumplí 20 años empecé a recortar artículos, poemas, frases, títulos de libros, entrevistas, palabras del periódico que leía y me hacían feliz y a continuación este material lo pegaba en un cuaderno.
Así llevo 28 años y tengo miles de cuadernos que releo una y otra vez.
Una de las periodistas que mas he leído , he disfrutado, recortado y guardado ha sido Maruja Torres. Siempre he pensado y pienso que es una periodista muy valiente que me ha regalado artículos extraordinarios que me han enseñado a pensar y ser mejor persona.
Hoy Maruja Torres ha editado su último artículo en la contraportada del País después de 32 años y yo quería hacerle este pequeño homenaje por los buenos momentos que me ha hecho pasar.
Dejo el último artículo del país de hoy .
Sin comentarios...


Ignominia


Vivimos en un tiempo de canallas sumidos en un estado de necedad permanente. Lo interesante para quienes somos víctimas del navajismo institucional, de lo que ha dado en llamarse su violencia simbólica, es averiguar qué nació primero. Si el ser canalla o el ser necio. Quién alimenta a quién. O si el canalla, al saberse aupado por sus pares a la cresta del capitalismo caníbal, ha perdido toda compostura, todo pudor, y no le importa en lo más mínimo que su retorcida necedad se exhiba en plaza pública. ¿Quién va a bajarme de la cima? ¿A mí? Vamos, hombre.
Así es como los Wert, Ruiz-Gallardón, Margallo, Morenés y Rajoy, por citar solo a algunos; las Báñez, Botella, Cifuentes y Cospedal, por mencionar a unas pocas otras. Así es como los directivos de la televisión pública y sus palmeros, y los guerra civilistas de los periódicos insanos. Así es como los ejecutivos de las grandes empresas y de los grandes bancos que se blindan los sueldos y las pensiones y los bonos... Así es, termino por fin la frase —en algún momento hay que hacerlo, pero sujetos no faltan—, así es como toda esta banda de añejos arribistas se carcajea de nosotros. Pisoteando nuestros cráneos y sin importarles la vergüenza ajena que sus dislates nos provocan.
“¡Mira, madre! ¡Estoy en la cima del mundo!”, gritaba al final de Al rojovivo, la película de Roul Walsh, el asesino nato Cody Jarret, héroe negativo de una época turbulenta.
Estos depredadores de ahora se gritan los unos a los otros: mira chico, yo también he llegado, y cada día se me ocurre algo más necio. Los de abajo, los desangrados, empezamos a añorar a los clásicos gánsteres.
Hay más dignidad en la uña del meñique de un desahuciado que en toda la cúpula que nos aniebla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario